miércoles, 21 de diciembre de 2011

Reflexiones Falderas. (V)

Inhumanos 2.O, de redes asociales:

Con esto de las redes sociales las relaciones de amistad se han tenido que reconvertir hasta un nivel antes desconocido. Por ejemplo, si agregas a alguien y no habláis nunca eres "un(a) cotilla que sólo quiere husmear en su vida" y, si agregas a alguien e intentas comentar o interactuar con su perfil virtual, "eres un(a) cotilla que sólo quiere husmear en su vida", así no hay quien acierte. ¿Somos inhumanos 2.0, asociales modernos que molan más en internet que en su monótona vida? Me incluyo el primero y a reflexionar...


martes, 20 de diciembre de 2011

Cuestión de Marcas.

¿Por qué los chicles son cada vez más pequeños? Acabo de meterme uno en la boca y me he dado cuenta de lo abandonado que he tenido el blog esta semana, y es que tras mi enésimo descubrimiento de Twitter no puedo dejar de desperdiciar mi absurda creatividad en 160 caracteres. Por eso vuelvo para hablar de algo importante; ayer estuve en el supermercado como quien va de turismo a Benidorm, que ya hay que tener estómago por cierto, o ser muy admirador de Pajares y Esteso. 

Tras llenar la cesta de las cuatro cosas que necesitaba mis pies no me mandaron hacia la obesa y desganada cajera, parece que las buscan así en cierta cadena de hipermercados, si no que empecé a perderme en el increible laberinto de productos. Dicen que todos tenemos un sexto sentido para ciertos aspectos de la vida, y el mío parece ser fijarme en las cosas más absurdas del día a día, hay quien lo llama pop-art, pero mi madre prefiere definirlo como tontunas o "tira por delante anda".

Y es que no puedo evitar darme cuenta de detalles como que las Coca-colas, con esto de la crisis, vuelven a ser como cuando yo era un cabezón de cuatro años; con esa botella que no hay quien la coja para hacer botellón y la exacta cantidad calculada para que el cliente piense que por calidad-precio es la mejor, aunque después se dé cuenta en casa que no hay gas para tanto líquido, que a la tercera apertura del envase se convierte en café azucarado con componentes cancerígenos.

¿Y qué me dicen de los Bollycaos? Antes el que comía Bollycaos era de buena familia, eran el dulce de la burguesía acomodada; ahora al verlos ahí en la esquina baja de la zona repostera, flácidos y abandonados, sólo se puede pensar en que el tamaño no importa, por respeto al que fue y ya no es. Los Tigretones desaparecieron y ahora el dulce más mediático son los Dorayakis, el pastel de Doraemon, maldito gato cabezón. Yo siempre fui de Huesitos, ese clásico, imperturbable al paso del tiempo es como el Paul Newman chocolateado, todo un gentleman de la gula humana.

Otro gran duelo siempre ha existido entre Nutrexpa y Ferrero, o lo que es lo mismo Nocilla y Nutella; la primera mantuvo su reinado hasta mediados de los noventa, mientras que la segunda es como el cuñado que no te cae bien, pero que sabes que es mejor persona de lo que tú serás nunca. Ahora ambas se han empeñado en vendernos que pueden formar parte de un desayuno equilibrado, supongo que se refieren a que a los gorditos siempre ha sido más difícil tirarlos al suelo.

Las marcas siempre fueron marcas, por mucho que se impongan las llamadas blancas, hay cosas que no cambian. Quien es de Conejo, lo es para toda la vida; eso me pasa a mí con la Central Lechera Asturiana, siempre he dicho que para la leche hay que ser pijo porque de lo que se come se cría. En fin ya termino, tengo que levantarme hasta la chaqueta para coger otro chicle, y es que en el cuarto de hora que he tardado en escribir este artículo ya me sabe a goma quemada, debe ser que el señor Smint pensaba que debían durar lo mismo que sus caramelos...



martes, 13 de diciembre de 2011

Reflexiones Falderas. (IV)

La reflexión faldera más existencialista que voy a escribir nunca:

Para colmo de este amarillento martes, el reloj acaba de dar las 14 y me he dado cuenta que hoy es 13 del 12 del 11. ¿Es la cuenta atrás para el fin del mundo? ¿Al apocalipsis hay que llevar muda? A reflexionar..


martes, 6 de diciembre de 2011

Hoy ya no duermo...

Hoy ya no duermo, los nervios siempre me hacen optar por pasar una noche en vela, es preferible a estar dando vueltas en la cama. Y es que dentro de un "ratico" salgo para Turre, para mi Almería, para sus vicios y sus virtudes. Dentro de nada cojo mi maleta una vez más, cerraré la puerta con cuidado para que no se despierte mi hermana y aspiraré, por última vez esta semana, el tierno olor del barrio que es mi segundo hogar. Pero como lo mío, como mi gente, como sus cosas, como Mojácar ahí arriba siempre en guardia y como el perfume a Noviembre que sale de nuestras chimeneas, que me perdonen, pero como eso nada. Yo sé que a muchos esto les sonará casi ridículo, ¿qué tiene un pueblo en la esquina de un país comparado con una gran capital en el centro de una nación? Nada... pero yo me conformo con eso, pues prefiero sentir a padecer y me siento más de allí que de ningún otro sitio en este mundo. De sus calles, de sus plazas, de sus piedras, de los niños jugando en ellas, de la tranquilidad por tradición... Hoy ya no duermo, prefiero soñar en el tren que ya he llegado a mi casa.


Reflexiones Falderas. (III)

Tercera Reflexión Faldera: Siempre le importa más la mosca al mojón que el mojón a la mosca...

¿Por qué cuando escribo sobre temas polémicos como el terorrismo, la desigualdad o las injusticias sociales casi nadie comenta nada, y cuando comento que han escrito algo en el facebook del Ayuntamiento de Turre esto se convierte en un hervidero? A reflexionar...


domingo, 4 de diciembre de 2011

Fracaso.

El arte en todas sus ricas variedades tiene papeleras, donde sufrir o disfrutar lo sobresaliente de destruir lo creado. Un fracaso más entre otros tantos.


FRACASO

 Migajas de papel mate,
carboncillo desgastado.
Dedos sucios por costumbre,
mil lienzos inacabados....

Aguja, pincel del sastre,
ya platean tus bordados
de trasnochada herrumbre,
son descosidos frustrados...

Quejío, hilo del cante,
eres susurro gritado.
Buscando subir la cumbre
del aplauso abandonado...

Tinta, la voz del poeta,
rimarás tu pecado,
por esconderte en la nube
del eterno fracasado...


jueves, 1 de diciembre de 2011

Escrito en un suspiro...

Fotografía de Pollobarba
Asomado a la dejadez, respeto por costumbre visitar el Limbo, pensándome en duelo con el silencio. Con las piernas cruzadas, quizás apoyado a cualquier saliente, sostienen mis manos algún frasco lleno de reflexiones, como mantiene mi ensimismada mente un pulso más que perdido con la meditación. Es entonces y no por regla general, cuando la lucidez abre una cremallera en mi torso y me deja salir al exterior, desnudo y puro. Me observo en tercera persona cual Velázquez ameninado, con la mirada perdida y la expresión distorsionada. Brilla la escena delante de mis narices y esa luz me bloquea a la par que empuja, pues no es la contradicción otra cosa que el leve empujón necesario hacia el imponente precipicio de la creatividad. Quizás sea una puerta por abrir, un interruptor por encender o una simple mota de polvo que es sorprendida y avergonzada en un inesperado claroscuro, pero supongo que la única manera de definir la inspiración es teniéndola, y eso dura un suspiro...

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Taxímetro


Los días cada vez son más grises, a la par que las sensaciones se vuelven más profundas. Mientras baja por el zurcido sendero que lo lleva hasta la playa, intenta recordar desde cuándo acostumbra pasear allí por las mañanas. No es capaz, es una de esas cosas que aunque sabes que no han estado ahí siempre, parece que nunca han dejado de pertenecerte. En el instante en que vislumbra el inicio de la arena, anuda las deportivas entre sí y las porta con dejadez hasta la orilla. Conoce el sitio y aún tendrá que esquivar amenazantes guijarrillos que la suelen tomar con la planta de sus pies, pero no puede traicionar a su instinto salvaje con unas chanclas de goma industriales, sería hasta triste defenderse de un poco de dolor natural armado con comodidades evolutivas.

Hoy hace frío, los meses de calor se consumieron hace mucho y una tierna neblina acuna el horizonte diluyéndose en la orilla, provocando una ceguera orientativa. Esa porción de costa es larga, casi eterna, y la evocación de sentirse en un desierto solitario, casi universo paralelo, es más que latente. Sus poros ya protestan el apresurado cambio de humedad, su olfato saborea el salobre y sus pies transpiran granos de arena como si de sudor se tratara. Siempre se sienta a pocos metros del agua, justo en la frontera donde el marrón pálido se pierde para tornar en oscuro. Antes aprovechaba para encender un cigarrillo en esa posición, con el tiempo pasó a liarlos en un ritual más pausado y ahora, pese a haber logrado destronar ese vicio, sigue manteniendo la pauta de adoptar la misma postura reflexiva, asomado al balcón abismal entre lo cotidiano y lo obsoleto.

"Somos animales de costumbres", piensa mientras observa las imperfecciones de sus manos, "tengo que cortarme las uñas". Entonces adapta los dedos a la comisura de sus labios, como si de un autómata se tratara, y silba con fuerza esperando la reacción de su compañero. Él llegó bastante antes a la playa, las cuatro patas peludas le permiten satisfacer su impaciencia. Correteaba tranquilo por los alrededores, sabedor del aburrido ritual de su dueño, y ahora, tras escuchar la frecuencia del silbido, vuelve con la lengua colgando, con esa cara de felicidad tan característica de la libertad, del desconocimiento de temas banales y problemas existenciales. Lo que nos diferencia de los animales es que ellos no se flagelan en ambigüedades ni paradojas.

Nunca le suele hablar, aprendió que el lenguaje más efectivo son los gestos y las miradas. Intentó probarlo con las personas, en su retraída forma de ver las cosas, pero nunca funcionó. Por eso ama a ese ser, como nunca lo haría con nadie, por el nivel de complicidad que han conseguido ambos. Sabe que ya está mayor, que un día se marchará para siempre, pero no deja de verlo como una anécdota transcendental en su camino. Mientras el perro intenta llamar su atención se hace el interesante, y hasta que no le ladra con las piernas delanteras estiradas nunca mueve ni un músculo. "Esa es la señal, es hora de andar", se dice levantando todo su cuerpo con ayuda de sus brazos, sus manos se llenan de polvo y su mente de emociones.

Deja las llaves de casa dentro de las zapatillas, olvidadas hasta que regrese, "no pasa nadie por aquí a estas horas y en esta época, y si lo hiciese ni se fijaría en las viejas deportivas, aunque hay gente para todo". Le gusta el efecto que le produce el agua en los pies, por eso siempre anda por la orilla y después de una considerable distancia se para y mira hacia atrás, comprobando sus progresos. Entonces recuerda aquellas jornadas de verano, cuando bajaba junto con su familia y sus vecinos, en vacaciones para tostar sus pieles. Cuando era más pequeño solía participar en los juegos de los demás niños, pero con el tiempo se volvió más introvertido, casi tanto como orgulloso, cosas de la pubertad.

Tiene memorizado a aquel señor como si lo tuviera delante, forjó una amistad estival con su padre que se repetía año tras año, llegaron a telefonearse para coincidir en sus fechas. Era grueso, alto y lucía un bigote estalinista de iguales dimensiones, y al verlo en bañador con el torso peludo encumbrando la barriga enrojecida, le evocaba a una morsa en su infantil imaginación. De maneras campechanas, era ese tipo de persona por la que un niño chico se escondería tras las piernas de su madre, mitad atemorizado y mitad avergonzado. Fue el primero que le habló como se le habla a un adulto, a un hombre. De aquel verano de sus 14 primaveras rememora ya pocas cosas, pero aquella conversación jamás se le olvidará.

-¿Qué haces ahí parado? ¿No juegas con los demás?- Le dijo con los brazos en jarra y el mostacho empapado por un reciente baño.
-Prefiero mirar.- Respondió con cierta dejadez poco amistosa.
-Voy a dar un paseo, si te apetece puedes venir. Tu padre dice que está cansado.- Insistió con una sonrisa que enseñaba un piano por dientes.
-Bueno...
-Venga pues vamos, no me gusta andar solo. Llegamos hasta la piedra y volvemos.- Casi le disloca un brazo al agarrarlo para que se levantara. Mientras se alejaban no podía dejar de mirar al suelo aguantando el absurdo monólogo. Poco le importaban las anécdotas de la mili, si el Deportivo debía haber ganado la liga o el nuevo Tour de Induráin...

-¡Chaval que estás en Babia! Te he preguntado qué tienes pensado hacer en el futuro.- Le dijo, arrugando el ceño por el sol de lado que ya apretaba.
-Ah... pues... ganar dinero supongo.
-¡Sajodío! Como si eso fuera fácil... Oye si descubres la manera me lo dices, así saco a mi Chari de la escuela que los niños la llevan loca, y yo me compro un Mercedes por taxi.- Bromeaba mientras abría el mondadientes que había cogido en el desayuno.
-Estudiaré, creo que Derecho... Seré juez, ganaré mucho dinero, tendré una casa grande y un coche caro. Yo no me voy a arrastrar, me da igual la gente, todo el mundo es cruel así que es mejor pasar del tema, no sé si me entiende, ir cada uno a lo suyo, así son las cosas.- Soltó sin casi darse cuenta, como si de rabia contenida se tratara y, conforme iba avanzando en su retahíla, era como si otra persona fuese la que hablaba. Cambió el semblante de su contertulio y bajaron la marcha.

-Date la vuelta, mira el suelo.
-¿Qué?- Preguntó confundido.
-¿Qué ves?
-Mis huellas, supongo.
-¿Sólo?
-¿Qué quiere que vea?
-Fíjate con cuidado, es tu rastro. Algunas, las más distantes, quedan ahí y otras se las lleva el mar... Primero las emborrona, luego las diluye y al final las consume, nunca han existido. Eso es la vida.
-No entiendo.
-Pues que siempre tengas esto en cuenta. Por mucho que quieras hacer algo, por mucho que intentes marcar huella, la vida seguirá ocurriendo aunque te empeñes en lo contrario.
-¿Entonces no es bueno tener aspiraciones? Lo siento pero me parece absurdo.
-Claro que sí, soñar no tiene nada de malo. Pero para eso hay que pisar sabiendo.- Respondió esperando una pregunta.
-¿Sabiendo el qué?
-Que quizás algún día cambien nuestros planes, bien porque decidimos pisar en otro sitio o porque es nuestra vida la que los borra. No podemos hacer nada y, por mucho que aspiremos o por mucho que queramos, nunca hay que olvidar que las cosas más sencillas son las que suelen aguantar las oleadas.
-Ahora sí que no me entero...
-La familia, los amigos, el amor, los miedos, el fracaso... Cuanto menos creemos que pesa algo, siempre es lo que más cuenta. Pero esa es otra historia chaval, con el tiempo lo entenderás. Volvamos que tengo ganas de un trozo de tortilla y unas aceitunas, ¿hay algo más sencillo que eso?- Y esa cuestión quedó en el aire para siempre, le guiñó el ojo, se colocó el palillo y volvieron sin más.

Desde entonces, sólo le quedó en claro que los taxistas son los filósofos del futuro. No sabe si de verdad comprendió a ese hombre o si aún hoy, con el peso de los años, ha llegado siquiera a saborear el verdadero cuerpo de esas palabras. Nunca llegó a ser juez aunque sí ha cumplido alguno de sus sueños, pero con seguridad fue la arrogancia de la adolescencia, la que lo llevó a no vislumbrar ni un ápice de lo dicho, y quizás lo ayudaron sus costumbres a alcanzar la madurez. Deben de ser esos pequeños detalles los que nadie valora por haberlos convertido en monótonos, los que escapan a la percepción de cualquiera. Como los sonidos que sí es capaz de escuchar su perro, un sumiso animal, y en cambio él, poderoso hombre, ni los advierte en su ignorancia. "¿Cuál será la primera vez que vine aquí solo, una mañana?"



sábado, 26 de noviembre de 2011

Reflexiones Falderas. (II)

Segunda entrega de la sección más vendida en chinos y gasolineras, Reflexiones Falderas. Una cerilla es un mínimo palito inofensivo que, mientras se consume, puede quemarte si te descuidas...

¿Debería el señor Botín pedir perdón por la crisis a la sociedad española, como representante del mayor banco nacional? ¿Debería hacerlo en el Comité Federal del PSOE? ¿Debería el PSOE pedirle perdón a él? ¿Es Alfredo Sáenz un mártir del capitalismo? ¿Es el señor Botín el Ciudadano Kane de España?

Los poderes nunca fueron independientes y las ideologías se consumen como las cerillas. Es el sistema que se ha creado entre una sociedad de adormilados y un par de avispados, pero el pueblo mientras tanto se sigue quemando. A reflexionar...

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Reflexiones Falderas. (I)

Durante toda mi vida he escuchado a mi alrededor que debería anotar todas las tonterías que me pasan por la cabeza al cabo del día. Y haciendo caso a mis simpátic@s consejer@s abro nueva sección en este nuestro blog. Como cada vez tiene más afluencia se merece un lavado de cara, y el primer paso es una sección con numericos romanos al final, que eso le da caché a la cosa y queda ni más de bonico. Reflexiones Falderas viene de la evidencia de que un perro, por pequeño que sea, puede hacerte pensar durante un segundo, si debes cruzar la calle cabizbaj@ o enfrentarte a ese miedo infantil que le tienes a los dichosos chuchos. Comenzamos.

¿Por qué hoy las editoriales de casi todos los periódicos defienden la NECESARIA lucha por la libertad, la igualdad y la democracia en Egipto, y cuando esto pasa en España hablan de perroflautas antisistema, si es que llegan a dignarse a comentarlo? Ale, a reflexionar.


Manifestante en El Cairo. (Diario El Mundo)

lunes, 21 de noviembre de 2011

Dedos Manchados.

Hoy era un día raro, uno de esos días en los que es mejor mantenerse ausente, en segundo plano, con la sencilla compañía de la reflexión. Estos días me gusta desayunar fuera, pedir un café largo y cualquier base de harina tostada con aceite y tomate, no soy amante de la sal, siempre he dicho que es más difícil dejarla que el tabaco. Cuando cojo el periódico estos días, me siento como cuando chiquillo iba a la peluquería y mi padre presumía de un niño que ya sabía leer, más de unas cuantas pesetillas me he ganado en mi infancia haciendo uso de mi facilidad para las letras. Siempre cuando terminaba de leer en voz alta lo que me pedían, me limpiaba los dedos llenos de tinta con el pantalón correspondiente, cosa que me costaba más de una regañina de mi madre o de alguna tía mía que andara por las proximidades.
Hoy he mirado la portada una y otra vez para quedarme con la foto en la memoria, como si tuviera una carpeta de archivos en el cerebro, para poder repasar todas esas imágenes cada vez que quisiese. Mi tez no era de circunstancias, ni mucho menos, sólo me he indignado esta vez por la ley electoral, y tampoco es que haya perdido el sueño. Quizás con los años uno va aprendiendo que lo que piense o deje de pensar, poco más que nada va a influir en la situación global, y esto, en cualquier aspecto de la vida.

Lento sorbía el café ardiendo, no tenían hielo, miraba las caras de la parroquia del bareto. Y es que cariacontecida ha amanecido hoy Sevilla, sabiéndose último bastión del socialismo nacional, último escollo resistente de la vieja guardia. Y más la eterna Triana, que seguro se siente como un Obélix moderno, a la vanguardia del puño alzado hispalense.

Mientras en esta enrarecida jornada, tod@s daban soluciones a un país con un horizonte cada vez más gris. Mientras nuestras esperanzas se basan en ponerle una velita a la virgen morena de la Capilla de los Marineros, para que los mercados nos dejen comernos los mantecados con cierta tranquilidad. Mientras todo esto pasaba, quedaba en el olvido algo que no debería, ayer nos dejaba Javier Pradera. Quizás no se merecía una simple reseña en un blog de tres al cuarto como es este rincón perdido del ciberespacio, porque era alguien que nunca permitió verse como un actor de reparto. Alguien que también sufrió en sus carnes la responsabilidad de ser primera fila en su personal batalla y alguien, que supo hacer que los periódicos dejaran de mancharnos los dedos para hacernos reflexionar con lo sucedido. DEP.

martes, 15 de noviembre de 2011

Turreritis.

Antes de empezar este artículo no sé si va a ver la luz cuando esté terminado, pero quizás me sirva para razonar ciertas sensaciones y sentimientos, aunque al final quede en el trastero. Avisaré a l@s que no padecen la gran responsabilidad de contar en sus DNIs con la palabra Turre, que en mi pueblo no todo es de color rosa, aunque los emigrantes nos aferremos en convenceros de ello casi como un mártir a su causa. Nunca he explicado por qué creé este blog, much@s pensarán que viene de aquella camiseta que diseñamos entre tod@s para una feria inolvidable, otros me acusarán de oportunista con aquel logo y reconozco mi conocimiento de causa, pero no tiene nada que ver. El blog "I Love Turre" viene de mi ironía particular, para reírme de la idiosincrasia absurda de mi pueblo, de la hipocresía que nos mece en la cuna desde pequeñ@s, aunque como buena regla también tiene sus excepciones.

Llevo ya varios días viendo comentarios en las redes sociales, en concreto Facebook, que no me agradan. Y hoy algo me ha llamado demasiado la atención, llegando a mi casa he visto un estado del perfil del Ayuntamiento de mi pueblo, no sé ni por qué me meto en estos fregados, pero intentaré no molestar a nadie con lo que aquí voy a decir. En el mismo se explica que se desvincula de otra página llamada Medioambiente Turre y estoy de acuerdo por completo con el comentario, es evidente que ni una ni la otra tienen nada que ver. Pero lo que me ha sorprendido son las reacciones que ha provocado, de las cuales yo no soy nadie para decir nada pues cada un@ es libre de expresar lo que quiera, si con ello es capaz de olvidar ciertos detalles que es mejor no comentar.

Tod@s los que me conocen saben que mis ideales son liberales, pero no por esto censuro los de los demás. Gusto de tener amistades y familiares de todas las ideologías, y disfruto cuando discuto con ell@s sobre distintas maneras de ver las cosas. Estoy orgulloso de haber llegado a un nivel de complicidad con tod@s y juntos hemos entendido que desde el diálogo es como se llega a buen puerto. Por eso puedo presumir de contar entre las personas que más aprecio a gente que para nada piensa igual que yo, incluso votando al mismo partido o vinculadas con partes troncales de otras agrupaciones. Por eso paso horas hablando de la política del pueblo sin buscar nada más que la diversión y el sentirme realizado, conmigo y con mis congéneres. Much@s podrán corroborarlo, incluso la barra de "El Cholo" si esta hablara.

Por eso al ver lo que acabo de ver, me salen ciertas preguntas de dentro que no me puedo aguantar: ¿De verdad vivís en el mismo pueblo? ¿De verdad os cruzáis y os saludáis? ¿De verdad os consideráis turrer@s? No sé, creo que esto es lo que desilusiona a la gente joven para meterse en política, me parece que cuando se pierden ciertas formas se olvida que lo primero son las personas, porque lo único que hacemos es zancadillearnos un@s a otr@s. Quizás llegue un día en que la gente hable para y por el bien del pueblo, y no se tire basura de un tejado al otro recordando lo que hizo un@ u otr@. Quizás ese día podamos decir a boca llena que somos vecin@s. Mientras tanto seguiremos siendo el pueblo del veraneo, el de la feria bonita, la semana santa curiosa, el critiqueo, l@s goleores/as y el que está al lado de Mojácar. Sé que esto entristece a quien siente el pueblo, a quien lo respira, pero es una enfermedad típica turrera, nace en nuestro río seco y muere como El Palmero. Ojalá que algún día, no muy lejano, se encuentre cura a nuestra Turreritis.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Smokin´

Anoche atendíamos en calma al televisor de mi piso tras un largo día de actividades variadas. No había visto las noticias en todo el día y cansado observaba el discurso de los presentadores. Que si el debate del cambio, que si el final de Berlusconi, que si van a formar un nuevo gobierno en Grecia. Pasaban los teletipos sin ser capaces de levantarme una sola ceja, hasta que algo hizo que reaccionara: "Hoy ha fallecido el boxeador Joe Frazier", salí de mi somnolencia y balbuceé: "El primer hombre que tumbó a Ali", mi hermana me miró entre confundida e indignada y me preguntó resoplando: "¿De qué conoces tú siempre a este tipo de gente?"

No le faltaba razón. No escondo que soy amante de los perros verdes, ya he dicho más de una vez que de niño idolatraba a El Coyote y ansiaba el fin del Correcaminos. Me cuesta recordar cuánto mide Michael Jordan pero, de vez en cuando, repaso en mi mente el tiro que fallaron O´neal y Bryant para encumbrar a "ese extraño elemento llamado Horry". Disfruto con los duelos de Reggie "Miller-time" en sus pueblerinos Pacers contra toda la glamurosa Gran Manzana y un tal Spike Lee. La primera discografía que puse a descargar en mi vida, cuando aún era vanguardia aquel entrañable eMule, fue la de El Hombre de Negro. Y siempre he tenido a Scorsese en un pedestal hasta que ganó su Óscar, bueno en realidad de Martin seré siempre, con estatuilla y sin ella.

Ya que estamos en la tesitura del genio canoso de gafas de pasta, con su boxeo a lo Toro Salvaje y su violencia gratuita en el paquete, diré que si se tratase de un club privado y Joe Frazier quisiera ser aceptado, la frase adecuada de quien lo recomendara seria "es uno de los nuestros". Yo los defino como los pacientes, los silenciosos, sin mirar a nadie por encima aguantan todo tipo de embestidas hasta que llega su momento de gloria. O pasan una vida fracasando a un nivel sólo alcanzable para los genios incomprendidos. Tan capaces de demostrar aires de grandeza, como de convertirse en seres inapropiados, eso de la política y lo incorrecto que tanto usan los que se dedican a las labores de informar.

La biografía de Joe no es agradable de oír ni tiene un final feliz. Era el aspirante, lo fue durante casi toda su carrera, aspirante de la larga sombra que iba dejando tras de sí la figura de Muhammad Ali. Y es que estos dos hombres, uno sin saberlo y el otro provocándolo, iban a convertirse en el ying y el yang de la sociedad americana de los 70. Sociedad que estaba necesitada de una revolución liberal, racial y cultural, pues ya había llovido mucho desde aquel aullido de Ginsberg. Los ánimos entre las dos américas, la de Luther King o Malcolm X y la de los dixies y el KKK, eran una bomba atómica más grande que la que se increpaban entre yanquies y soviéticos, pero esa es otra historia.

Nunca me ha gustado el boxeo en demasía, hasta que encontré la vida y obra de Frazier. Hay que remontarse a la Guerra de Vietnam, por aquel entonces el gran campeón Muhammad Alí era odiado de este a oeste de su país. Se negó a formar parte del servicio militar y comenzó una lucha con el gobierno de los Estados Unidos por los derechos y libertades de la raza negra en este país. A The Greatest le quitaron la licencia de boxeador y le paralizaron su forma de vida y Frazier, que venía de ganar una medalla olímpica y que mientras tanto se proclamó en campeón de los pesos pesados, fue quien le ayudó a salir del laberinto en el que se había metido, más como un amigo que como un rival. No dudó en conseguirle medios a Alí para que aguantara el tirón y llegó a entrevistarse con Richard Nixon para remediar la situación. Claro está que lo que ambos querían era poder verse en un cuadrilátero, para demostrar quién era el mejor.

Tras la nueva "legalización" de Alí, la respuesta nunca fue de gratitud, como si nada hubiera pasado se mantuvo en su egocentrismo y sus malas maneras, quizás tenía miedo porque sabía que Joe podía derrotarlo. Y así fue, ambos se enfrentaron tres veces, las dos primeras se repartieron una para cada uno, y fue la tercera la que se considera el combate más grande de todos los tiempos, el Thrilla in Manila, más aún que el de Alí contra Foreman en Zaire.

En esta historia, la intrahistoria es aún más interesante. Reconozco que Cassius Clay ha sido un icono del deporte mundial, pero su comportamiento siempre me ha creado dudas. Es capaz de darle un tinte cinematográfico a la misma vida, con su imponente físico y su lengua de oro. Siendo joven luchaba por lo que creía y supo mezclar política y deporte como el más fino alfarero haría con el barro y la arcilla. Pero con Frazier, quizás guiado por ese miedo del campeón, se comportó como un niño pequeño. Siendo un gran defensor de los derechos de la raza negra, de sus valores y principios, hizo que la opinión pública viera en Joe Frazier a una marioneta del imperialismo americano. Lo llamaba gorila y aseguraba que se dejaba llevar por el hombre blanco, porque dudaba mucho de su inteligencia. Y es preciso decir que mientras Alí venía de una familia acomodada, gracias a la cual nunca tuvo que dedicarse a otra cosa que no fuese el boxeo, Frazier nació en campos de cultivo, trabajó desde niño y seguro que comprendía mejor que nadie aquello de las diferencias raciales. En resumen, Frazier era más negro que ningún otro negro americano.

Antes del Thrilla in Manila, la relación entre ambos ya era demasiado distante. Mientras Alí se dedicaba a relajarse, a gastar dinero en lujo y radicalizar cada vez más sus ideales musulmanes y separatistas, Frazier callaba y aguantaba, esperaba su momento. El combate duró 14 asaltos, ambos púgiles estaban al borde de un colapso o de algo peor y, aunque esperéis lo contrario, Frazier perdió porque su entrenador paró la pelea y Alí ganó por puntos. Justo cuando el árbitro levantaba la mano, Muhammad calló en redondo al suelo. Y es que Joe lo había castigado como nunca nadie lo había hecho. Le había dado una serie de golpes que hoy en día todavía se enseñan en las escuelas de boxeo. Nunca una derrota supo tanto a victoria.

Alí nunca fue el mismo y este fue el fin de su carrera. Frazier buscó de nuevo el título de los pesos pesados poco tiempo después y ganó todavía algunas peleas reseñables, casi ciego de un ojo y con las secuelas clásicas que deja recibir tanto golpe. Se retiró y montó un gimnasio en un gueto de Philadelphia, en la otra Norteamérica que su rival tanto defendía pero que, y es posible, jamás supo ni cómo olía. Ayer murió de un cáncer de hígado, antes ya le había dado tiempo a arruinarse. Es la historia triste de un deportista o quizás no, porque nadie puede negarle a "el chico que sacaba humo de sus puños" que supo esperar el instante, para demostrar que él no era una casualidad o alguien que pasaba por allí. Jamás me tomaría una copa con alguien perfecto, con alguien que sólo tuviera dientes blancos y acertadas palabras, pero con Joe me emborracharía hasta la saciedad. DEP.





Tapas de la Casa: Para quien esté interesad@ os dejo un par de buenos documentales sobre Alí y Foreman y sobre Frazier y Alí. Y sobre todo este circo social, por supuesto.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Un turrero en la corte del rey Juan Carlos, y tal.

AVISO PARA NAVEGANTES: Este es el típico artículo por el que mis más allegad@s camaradas me tildan de monstruo, personaje y todos esos sinónimos bufonísticos que tanto me gustan. Las opiniones aquí vertidas son eso mismo y más. Para concluir, no puedo pedir que no estén en desacuerdo conmigo, y viceversa.



Anoche entre cebada fermentada arreglaba el mundo, a base de sandeces y alguna que otra mirada al cielo para verificar esta meteorología más disparatada que "El camarote de los Hermanos Marx". Así que con más potencia que la voz de Harpo, afirmé en mi interior que había llegado la hora de emprender un nuevo reto. Eran las 2 de la madrugada y sereno, aunque yo andaba algo achispado, por lo tanto comprendí, mientras embutía mi cuerpo semicongelado en el polar del IKEA, que debía ir esta mañana a un mitin político pero a uno importante, de esos que llaman Central de Campaña. Es evidente que la aventura ya rondaba mi subconsciente pero fue, como tantas otras veces, mi amada y amarga diosa rubia alemana quien me despejó de dudas, y me dio el empujón que tanto necesitaba.

Por lo tanto esta mañana a las 9 ya estaba desayunando como un campeón y, para mi sorpresa, sin resaca alguna, será cosa de pensar en verde con más constancia y empeño que la madre que ahorra con el Fairy. Me he puesto una camisa de cuadros azul (reside la elegancia en el contraste), mi "barba" de tres días y las gafas de pasta para darme un aire intelectual. He salido a la calle para volverme a por una casaca, y es que hacía un día de chaqueta de pana, sin ganas de ser oportunista. Tras mi acicalamiento burgués he salido a la calle para coger un taxi, me faltaba "La revolución permanente" debajo del brazo para protagonizar una serie televisiva de la transición. ¿Por qué fracasaría José Coronado con "Los 80"? Preguntas que no cambiarán el mundo...

De camino a la estación, le he preguntado al taxista por El Velódromo, que no es el estadio del Olympique de Marsella sino el lugar donde se celebraba el acto. Me ha indicado que eso estaba más o menos donde Cristo perdió la sandalia, y que una vez fue a llevarle las llaves a un conocido para que abriera, que al parecer tenían carrera. Yo hasta ese momento pensaba que me dirigía hacia un pabellón deportivo, así que acto seguido le he consultado si había visitado o estado alguna vez en Turre... Tras su afirmación, he dilucidado que quizás no era muy socialista o que tenía mucha guasa. Supongo que lo segundo, porque llevaba a todo trapo a Ismael Serrano en el equipo de música, o quizás era la radio...

Una vez que he llegado a la parada de Cantaelgallo, muy conocida porque allí pasa el AVE pero no para, demasiados pájaros para un mismo corral (este chiste es malo y mío). Una vez allí, me he dirigido hacia un edificio que pondría cachondo al propio Calatrava. Allí no había rastro de caballos ni albero alguno, no ha sido hasta que no me he acoplado entre el gentío, cuando he mirado al suelo y me he dado cuenta que era para bicicletas, eso lo explicaba todo. Cantaban los Hombres G en directo, de todos los temazos famosísimos que tienen han escogido uno un tanto raro, no se qué de un mamón que sufre... Curioso cómo se vive como un marajá toda una vida, a base de contarle a la gente que tu novia te puso los cuernos. Me sentía como en Woodstock, más por la media de edad que por la calidad musical.

Las banderas se movían en una marea de igualdades, estado de bienestar y plástico barato, unas 30.000 almas coreaban el himno de la agrupación de Pablo Iglesias, bajo gigantes pancartas que lucían el lema "Pelea por lo que quieres" y yo, en ese momento lo hacía por buscar un humilde sitio, entre hombres calvos y señoras armadas con rosas de sus jardines. Aseguro que es más difícil adelantar una posición en un mitin socialista que conquistar Rusia en bermudas, lo he sufrido en mis carnes. Una vez he divisado un lugar acogedor me he acomodado, junto con una pareja setentona muy simpática, que portaba una bandera morada, quizás pensaban que era Azaña el que hablaba esta mañana, poco importaba porque ya empezaba. A Griñán me vas a permitir querido lector el privilegio de saltármelo, soporífero, nunca ha sido muy de mi gusto. Pero en el momento en el que han entrado en escena los barones de este reino, los Rolling Stones de las libertades, la cosa ha cambiado.

Siempre he sido Guerrista hasta la médula, admiro a un señor que dice lo que quiere, cuando quiere y como quiere, es como el tío soltero de las cenas de navidad. Que no hay que hacer campaña con lo de ETA: "Rubalcaba es quien lo hizo posible le pese a quien le pese", que no hay que meterse con los catalanes que allí nos votan: "El PER de Andalucía y Extremadura suma 400 millones y sólo el de Barcelona 7.000 millones", que "yo no necesito pertenecer a ninguna asociación de esas que llaman Elegidos de Dios, que yo soy alguien corriente". Genio y figura, todo un showman.

Y ya Felipe es otro cantar, esa melena vuelve locas a nuestras abuelas, es cierto, tiene carisma y no necesita ponerse traje, cuando uno cumple una edad nadie se fija en lo que lleva puesto. González se parece un poco a Mourinho, siempre habla de lo que él hizo, claro que tiene sus porqués bien claros. Mientras la señora de mi lado no paraba de decir lo guapo que estaba, me he fijado en que nuestro ex-presidente le habla al pueblo como un padre a un hijo: "Os lo dije", "Os avisé", "Habéis visto como iba a pasar"... No te juntes con esa gente que son del PP y me manchan la alfombra. Me quedo con una frase apoteósica: "¿Sabéis por qué Arenas nunca se había presentado en su tierra? Porque aquí lo conocemos..." Palabra de Felipe González, amén.

Y ya sólo me quedaba por ver a "el elegido" que siempre ha sido de mi agrado, es la niña bonita de mis políticos aspañoles. Mientras Rubalcaba arrollaba las teorías peperas con esa labia que la naturaleza le ha dado, cientos de personas también lo hacían saliendo a la calle, no porque no les interesaba sino porque la vejiga a cierta edad aprieta. Quizás le veo un fallo a estas elecciones, debería enviarle una carta al PSOE para que se den cuenta de la estrategia que seguro que les da la victoria, no podemos tener en el siglo XXI un presidente que se llame Mariano o Alfredo, suena a película de Paco Martínez Soria. Creo que deberían hacer como con Patxi en el País Vasco y llamarlo Al Rubalcaba, es más fluido, lo veo muy trending-topic.
Esto es como los conciertos y prometo que repetiré, me ha gustado la experiencia, si hasta hay grupis que arrancan los nombres de las estrellas de sus sillas. Una señora, que tenía pinta de ser importante en el partido por la de pines que llevaba en su jersey de punto, me ha colado hasta el estrado, allí me he sentido un pétalo más de la rosa. Y es que no puedo evitar terminar el artículo hablando en primera persona, es sumergirme en estos lares, con su empaque de público, banderitas y egos enfrentados y ya me siento uno más, no puedo evitar meterme en el papel. Si hasta he pensado en presentarme yo a las siguientes, para reconciliar un poco el 15-M y la Generación Perdida con la democracia, claro que quizás a ciertos barones de este reino y a una tal Chacón no les haga mucha gracia, aunque estoy seguro que con la guerra que doy, Alfonso me apoya. Estoy deseando que llegue el mitin del PP, tengo la camisa de Rafael Lorenzo ya planchada, prometo que ensayaré para la foto.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Para echar a correr...

Soy amante de la radio, siempre lo he sido y cada vez más. Mis primeros recuerdos entre ondas me sitúan cualquier tarde de domingo, jugando en el salón del restaurante de mi vecino a Los Caballeros del Zodiaco. Mientras se recogían las mesas, en el hilo musical sonaba la pastosa voz de Pepe Domingo Castaño, supongo que con alguna cana menos y sin leyes antitabaco de por medio. ¡Qué maravilla Paco, qué maravilla!

Quizás esta manía mía de enfundarme unos auriculares y dejarme llevar por la voz de alguien, a quien me cuesta poner una cara que no sea la que yo imagino, no sea tan rara para el populacho. Pero con los años me da más miedo darle al ON de mi transistor, porque cada vez con más asiduidad me dirijo al dial de RNE, y eso significa que poco a poco me parezco más a mi padre. Él siempre ha gustado de irse a la cama con Radio Gaceta de los Deportes, que suena así como muy romántico, muy a Orson Welles con su viejo micrófono de la CBS, los tirantes sobre una inmaculada camisa blanca y la Guerra de los Mundos, sonando a todo trapo en aquel estudio, que ni el mismo H. G. Wells hubiera imaginado la que iba a liar aquel muchacho de sonrisa descarada.

Quizás me estoy volviendo un apolítico por utilizar nuestra radio pública, o quizás dejé de ser tan extremista y renuncié a ciertas partes de mi ideología para disfrutar de la concesión de otras, aún no lo sé. Pero sí le he sacado el gustillo a eso de coger mi transistor (maldita Blackberry que carece de sistema FM), y poder moverme con más libertad entre diales hacia "derecha e izquierda" de la ruleta del tuning, sin conocimiento de causa alguno ni ganas del mismo. El lunes pasado le tocaba a la COPE, supongo que la episcopal abre sus puertas a cualquier hijo de la tierra, pues es su deber católico. Me acoplé cual Robocop pijamero en mis molones y cálidos FoneStar, para escuchar la primera entrevista a Marta Domínguez, desde la Operación Galgo.

De Marta puedo decir poco, la critiqué tanto o más que cualquiera, supongo que la opinión pública es como un orco en busca de carnaza, y cuanto más huela más pesada será la digestión. Sería hipócrita no disculparse con la mejor deportista española de todos los tiempos, casi tanto como entrevistarla como si nada hubiera pasado, casi tanto como cambiar portadas de periódicos como quien chupa una piruleta. Pero ya los perdones no valen, porque una vez más nos va a demostrar, a base de ovarios, que quizás debería haber nacido en otro sitio para ser considerada la mejor. Porque sé que va a hacer algo grande en Londres, porque lo demuestra con cada palabra que suelta por su boca.

La de Palencia definió muy bien la sociedad actual casi sin querer, en una frase que me parece la más reseñable de toda la entrevista. Cuando el bueno de Alcalá le sugería la creciente importancia del "running" en este país, ella contestaba que cuando la gente sale de trabajar no tiene 9 amigos más para ir a jugar al fútbol-sala o al baloncesto, sólo les queda coger las zapatillas y salir a correr un rato. Yo que con los años me he vuelto más amante de este deporte, me di cuenta que tenía razón, que el sistema nos ha engullido hasta en algo tan terrenal como el propio deporte.

Y es que de la radio se aprende mucho, se entiende que es tan individual como hacer footing un rato, como irse a dormir con ella un lunes lluvioso o como hacer infinitos kilómetros de carretera, hacia un destino deseado. Nos educa en la reflexión y entrena nuestra imaginación. Mientras tanto, pierde audiencias que la cambian por la caja tonta. La misma que nos enchufa cada día a lo más bajo del sentir humano, a la falta de respeto por la cultura o lo colectivo. Esa misma que nos hace cómplices del banquete de la carnaza, de la crítica a quemarropa, la misma que entrevista a madres de asesinos de otras Martas, que no tienen culpa de ser víctimas de la hipocresía de la sociedad que hemos creado, o quizás sí. Habrá que hacerle caso a quien lo ha sufrido en sus propias carnes y menuda razón lleva, es para echar a correr.

jueves, 20 de octubre de 2011

Aquí tienes mi nuca...

Recuerdo aquella tarde como si fuera ahora mismo. Sentado en el suelo, con mi pelo afro indomable y el trasero congelado, miraba sin perder detalle mi vieja Grundig en el salón de mi casa. Millones de personas llenaban la Castellana y todos sentados formaban simbiosis, entre el silencio y aquella frase tan dura. Juntaban los dedos pintados de blanco por detrás de sus cuellos y yo, en mi infantil pensamiento, pensaba que estaban locos, que los iban a matar a todos, igual que a Miguel Ángel.
Ese fue el principio del fin, ya sólo asustaban a los niños. Claro que iba a seguir corriendo sangre, claro que se iban a seguir cometiendo barbaridades, pero algo había cambiado. España entera había dejado de decir aquello de "no sirve para nada, ahora estarán descojonándose mirando el televisor en sus cuevas". Se llenaron las calles de rabia contenida y se les plantó cara con la mayor fuerza que existe, la de la libertad.

Eran lobos sedientos de sangre, y que me perdonen los lobos por tal comparación. Pero cometieron el fallo de olvidar su causa si es que existía, o quizás fue ella misma la que se les puso en contra. El cazador les enseñó que podía cogerlos sin escopetas, sólo con inteligencia y buenas trampas, así poco a poco les iba acotando el terreno. Se convirtieron en sicarios, representantes de una tierra que no les debía nada. Cuánto vasco se habrá aguantado la lengua, cuántas veces habrá tenido que mirar para otro lado, cuántas extorsiones a punta de pistola...

El vasco es un pueblo maltratado, por sus propios independistas y por la opinión pública más extremista. Se merecen la afirmación, de que allí hay gente buena y mala, como en todos lados. Y de pueblos en este tema, toca hablar de mi tierra, que es de la que algo entiendo. Olvidamos nuestra historia, por el bien de la democracia, podríamos haber escupido espuma por nuestras bocas, pero no lo hicimos. Por eso sé que somos de otra pasta, por eso cuando mataron a aquel matrimonio y los siguieron, los acorralaron y los pillaron, supe que éramos imparables. Cuando vi a aquel chaval, casi de mi edad, leer aquella carta, comprendí que ya no le daban miedo ni a los niños.

Me he enterado en Televisión Española. Miraba la pantalla, entre perplejo y emocionado, ya me lo esperaba hace tiempo, pero no lo lograba palpar en mi imaginación. Me han entrado ganas de salir a la calle y gritar, de respirar aires de libertad, como aquella canción. Pero sólo me he levantado, he cogido un vaso de agua y, mientras bebía se me ha dibujado una sonrisa de oreja a oreja. Es un día feliz, leguemos a nuestros hijos toda nuestra historia para que no se vuelva a repetir. No lo individualicemos, sería borreguil, esto es de todos. Españoles de mil mentalidades, de 50 provincias, de su casa y de su madre.

Y va por todos los que nunca dudaron, por aquellos setenteros "años del plomo", cuando buenas personas salían a la calle con una pistola enfundada, dejando a sus hijos en casa, en dirección hacia el Congreso, para luchar por igualdades sobre algún escaño. Por todas las fuerzas del Estado, por los que no taparon sus caras, por los que descansan en paz, porque murieron con la cabeza alta. Por todo lo que hemos aguantado, por las ganas que entraban de ir a comerse un bocadillo de jamón delante de De Juana Chaos...

Y así esos asesinos se han apagado, como una vela en un cementerio. Ya sólo les queda la conciencia, les acompañará en la sombra. Porque la conciencia es la peor compañera, el peor verdugo de un humano, los consumirá como a árboles podridos. Espero que cada noche, cada vez que apaguen las luces, les entre un frío seco en el gaznate, y que todo lo que sueñen sólo sean pesadillas. Que la sociedad les conteste con el mayor guantazo, el silencio y la indiferencia, la misma que llevan muchos años dándonos. AGUR.

martes, 11 de octubre de 2011

Perro andaluz sin domesticar.

Sonaba en la radio la aceitosa voz de Sabina y me ha sacado de mis resacosas sábanas:

Este museo de arcángeles disecados,
este perro andaluz sin domesticar,
este trono de príncipe destronado,
esta espina de pescado,
esta ruina de Don Juan.

Al sol del sur despejaba mi conciencia, un día más a vivir a costa y cuenta de otros, como todos los catetillos de aquí abajo. He salido rápido, no corría tanto desde los Duros Antiguos, que tenía mucha prisa, porque me esperaban en la tasca de la plazuela, para ponerme fino de manzanilla, mientras se formaba jarana en una esquina, y todo esto muy tempranito. "Que trabajen los del norte" cantaba la niña, mientras nos llenaban botijos, los mismos que llevan 200 años llenándonos sin que hayamos cambiado nuestras costumbres, no somos amigos de la evolución, ¡si eso no sirve nada más que para calentarse la cabeza!

Quizás eso le pasó a nuestro protagonista de hoy, se le calentó la perola con este veranillo del membrillo que estamos sufriendo. Quizás eso es lo que desearía nuestro amigo Josep Antoni, en sus sueños húmedos vuela por los campos andaluces repartiendo catavinos y nobles lecciones de laboralismo responsable, que al yonqui hay que darle la jeringuilla mientras se le enseñan curas de humildad y nobleza, a niveles inalcanzables para su ignorancia.

No entiendo a quien va de cultureta por la vida, de gafapasta antidemagogia, metiéndose en callejones sin salida, colgándose sambenitos como quien se fuma un pitillo. Y encima lo más gracioso, es que sabe que correrán ríos de tinta, que habrá coplas en carnaval y que más de un inútil como yo, se reirá de él sin llegar a insultarle, sin rebajarse a su nivel.

Métase usted don José con un ciudadano finlandés, con todos mis respetos pareados al país del invierno eterno, porque seguro que no presumen de tan fino sentido de la sátira o ironía, como gustamos de rebosar nosotros los andalusíes, le hablo en términos medievales, que parece que es lo que usted comprende. Pobres políticos por sus catalanes, que no tienen culpa de nada y ellos, desde su atrio, tan dignos, limpios y acicalados, tienen que aguantar el lastre que es soportar al resto de una nación, a años luz de su "Catalonian Way of Life".

Ay, José, José... ¿quién te ha visto y quién te ve? Cuando recorrías las calles de tu natal Huesca, seguro que no destilabas tanto catalanismo recalcitrante. Tiene que ser muy duro nacer aragonés y sentirse catalán, es como ser almeriense y tener orgasmos con el giraldillo, en el fondo te comprendo aunque yo sí tengo clara mi bandera. En fin, lo dejo tranquilo, vaya usté con Dió y aquí tiene zu caza, CI Uzté veh conveniente. No me haga mucho caso y no se vaya a molestar, total es evidente, sólo le habla un borracho.




Aquí las declaraciones de don José: Voz de Barcelona

lunes, 10 de octubre de 2011

Pan y toros.

No había visto Pa Negre hasta que la han seleccionado para los Óscars, reconozco mi sensibilidad por lo mediático en temas cinematográficos, adoro a los Cristianos Ronaldos del celuloide. Quizás mi despreocupación mientras sólo era una obra goyesca, se debía a la caspa que rezuman las historias sobre nuestra Guerra Civil, son pan de otras generaciones y vino de las venideras. Pan y toros me atrevería a decir yo, a ritmo de pasodoble. Era la España de posguerra, donde la muerte forzada era tan común como un porrón de agua en verano y, es cierto, Agustí Villaronga consigue ese ambiente rural místico, a modo de mujeres enlutadas y frases lapidarias.

De buen gusto la normalidad bélica, mejor dicho, la monotonía causal de la lucha entre armas, donde vencidos se ponen mirando a Cuenca a favor de los triunfadores. Claro que, el entorno político siempre me parece banal, porque no fue si no esta guerra un simple pretexto para eliminar al vecino del pueblo, al que no te caía bien, no fue más que la razón que tenían los que ya mandaban para mandar aún más. Quizás más culpa de republicanos por entretenerse en ambigüedades, que de sublevados por aprovecharse de la situación.

Genial la capacidad de "catalanizar" al espectador, que se olvida de filosofías baratas del centralismo nacional, para ver una historia más de las miles que se podrían mostrar, sobre una época de nuestra historia que seguirá latente hasta que nuestros nietos vistan canas. Quizás la sencillez, el dogma del menos es más, hacen de esta película un dulce apetecible con un final tajante, digno de llevarse una crítica en un blog que no es de críticas, como es el mío.

domingo, 9 de octubre de 2011

A mis 25 primaveras.

Este fin de semana he marcado un cuarto de siglo en mi casillero temporal o, lo que es lo mismo, ya tengo 25 años con los que presumir de prematuras canas y tardía madurez. Tras una feria en la que los turreros/as presumimos de las losas que cambiamos de un lugar para otro del pueblo, curiosa afición la nuestra. Tras una lección de chovinismo avanzado, en la que escuchamos a la gente de fronteras fluviales para afuera comparar nuestras fiestas con una moderna Gomorra. Tras todo eso que no es poco, la realidad me trae de nuevo a mis tiernas tierras de la baja Andalucía.

Y de andaluces es mucho lo que prima decir de la actualidad. Aquí abajo los que se quedan con la primera impresión, nos empachan y empapan en demasía con el recurrente tópico que les gusta tanto a los políticos, la llamada paridad. Será porque en términos poéticos Andalucía representa mejor que nadie la tristeza y la alegría, llevado al manido extremo, como si todo lo que nos corre por las venas fuese la eterna lucha entre dos partes. Como cuando el sol que nos tuesta todo el año discute con la sombra celosa, que le reclama cada día el privilegio de refrescarnos y olé.

De dos partes quizás, válgame la incomprensión, sea nuestra nación o nuestro popurrí de naciones, como a mí me gusta llamarlo. Ayer escuchaba a don Mariano saberse ganador y a don Alfredo, saberse vencido. Pero eso no me sorprende, quizás el regalo de cumpleaños que no me esperaba por parte de esta sociedad, es que nadie lo ve anormal. Vivimos en aquello que nuestros profesores nos repetían muchas mañanas de invierno, sin que nos entrara en la cabeza, que a veces ni con sangre entra la letra, una partitocracia o un oxidado turnismo. Este es el país que hemos construido con muy buena fe pero muy mal seso, la eterna disputa entre dos, la de los toros y la antitaurina, la culé y la merengue, la católica y la atea, la roja y la facha... Y a mis 25 primaveras cuando aún me siento un niño, a mí ya sólo me extraña el mirarme al espejo cada mañana y no reconocerme al otro lado.

viernes, 8 de julio de 2011

Escrito en un paseo.



Le dijo el pobre a su mala ventura: 
"Quédate con tus fortunas 
y respétame la salud, 
que yo no quiero ser rico, 
que yo ya soy andaluz." 






viernes, 20 de mayo de 2011

Hoy podría sangrar mi pluma...

Y Respondía don Quijote: ¿Hay encantos que valgan contra la verdadera valentía? Bien podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo será imposible. 
Hoy podría sangrar mi pluma, podría llenar de bilis mis folios de papel reciclado, hoy podría soltar toda la rabia contenida, dejar sin adrenalina mi cuerpo. Hoy podría lucirme, podría escribir versos de revolución, podría imitar a Sartré o a Ginsberg y levantar cueros cabelludos con mi tinta. Pero hoy no me toca a mí hablar aquí, hoy es el día de salir a la calle y que hable el pueblo. Por eso, cuando se ataca a la política lo mejor es escuchar a los verdaderos políticos, a los que algún día sintieron que podían cambiar el mundo y, al entender que el sistema era corrupto, decidieron retirarse antes que claudicar en sus garras, hoy le cedo la palabra a un hombre, a un sabio hombre:

"Están hartos. Saturados de discursos y prácticas tramposas. Escandalizados de que tanto ladrón ilustre acapare los flashes y las cabeceras de los informativos en lugar de las crónicas de los juzgados de guardia. Dolidos por causa de la sordidez de las políticas al uso, aparentemente dictadas por esos inventos exculpatorios denominados mercados. Atónitos ante la degradación y caricaturización de conceptos como Justicia, Libertad o Democracia. Zaheridos por el permanente agravio que suponen el despilfarro de una minoría frente a los esfuerzos infructuosos para supervivir, de una mayoría. Lúcidamente rebeldes ante una pasividad generalizada y además cultivada por la cultura oficial instalada en medios de comunicación, el adocenado lenguaje político al uso y los penosos discursos de tantos tenores huecos.
     Se han lanzado a la calle y la siguen llenando sin complejos, poniendo en evidencia a quienes debían y debíamos haberlas llenado antes. Creo que todavía no son plenamente conscientes del valor y del ejemplo de su acción; no sé si han caído en la cuenta de lo que apuntan, de lo que han empezado a entreabrir y orear. Tienen la ingenuidad y la imprudencia de todos aquellos que se han atrevido a decir que el rey está desnudo y que la farsa es eso, una farsa.
     Y lo hacen- a tenor de las declaraciones de sus portavoces- con una finísima mezcla de sentido común, valentía moral y madurez ciudadana que los hace casi únicos en este páramo berroqueño en el que la Ética y los valores ni cotizan en bolsa ni tampoco en las urnas. España siempre se parece a sí misma. Por las trazas se deduce que ellos se suman con fuerza joven a una minoría que siempre ha intentado acabar con esa miseria de nuestra historia. Tienen vocación de mayoría cívica capaz de desalojar de su aconchado caparazón a esa otra mayoría que traga connivente y cómplice.
     Los he acompañado por la calles de Córdoba el día 15 y me he sentido de ellos. A mis años y con la hoja de servicios amarilla de tiempo he sentido el impulso de intensificar ante mí y ante los míos, mi nunca abandonada lucha. Son los nuestros; y esta expresión quiere poner especial énfasis en la acepción de pertenencia que el posesivo conlleva; son los nuestros porque les pertenecemos. Son los nuestros porque rezuman aquella voluntad de cambio que otrora dio sentido a nuestra apuesta política. Lo han dejado claro, son apartidistas pero no apolíticos. Gracias compañeros y compañeras por esa decencia y sabiduría que por desgracia sólo están al alcance de vosotros y unos pocos más
     Creo, como comunista organizado, que nuestra militancia comunista exige de nosotros y a título personal, enrolarnos, comprometernos y engrosar sus filas sin más soldada ni recompensa que la gratificante sensación de que volvemos de nuevo a galopar hacia Utopía; o lo que es lo mismo hacia la honestidad, la justicia, la igualdad y el lenguaje limpio y veraz al servicio de la comunicación de ideas.
     Cuando acabe el coro de grillos en el que el bipartidismo y adheridos han transformado la campaña electoral y asistamos al rigodón de pactos, repactos y contrapactos, no olvidemos que ya hay quien nos mira limpia y organizadamente; ya hay quien nos va a demandar algo más que lo políticamente correcto para hoy y hambre para mañana. Los mejores editoriales, las más incisivas crónicas, los más claros análisis y los juicios más justos no se hacen ahora en los medios (casi siempre mediatizados) sino en las calles y plazas de España. Demostremos que Democracia es mucho más que el rito cuatrienalmente repetido."


Julio Anguita. (18-05-2011)


 
 

jueves, 12 de mayo de 2011

Son cosas de antes.

Ayer leía en mi cuenta de Facebook un comentario sobre un movimiento de tierra en Turre, alguien muy perspicaz contestaba con la ingeniosa réplica que, todo hay que decirlo, a más de uno y de dos se nos ocurre por aquellos lares cada vez que se mueven un poco más de lo normal las tierras del pueblo: Ha sido un Turremoto... En fin, tuvo su gracia hasta que me enteré dos minutos después que había muertos, heridos y miles de afectados. Sin duda quien lo escribía tampoco sabía de la gravedad del asunto, por lo tanto solo queda para la anécdota.

Pero lo que no quedará para el anecdotario, con seguridad caerá en saco roto, es mi siguiente reflexión. ¿De verdad nadie se lo esperaba? ¿de verdad nadie lo había pensado nunca? y, por último, ¿de verdad alguien se ha sorprendido?

Muy de las esquinas tertulianas de las calles de mi añorado pueblo es la frase: "Son cosas de antes", con la que se justifica casi todo lo que se presupone antagónico o desgastado, todo lo que no entra en la razón de cualquier mente joven (sin ánimo de diferencias generacionales, que se puede ser bien mayor y muy joven de espíritu). Esas cosas de antes son las que no cambian con los años, aunque creamos que sí parecen estar solucionadas y, cuando ocurren, cuando salen a relucir de nuevo, solo nos queda la frasecita de marras para poder levar anclas y salir del apuro.

La realidad es muy simple, no avanzamos. Vivimos en una de las zonas sísmicas más peligrosas de Europa, metemos nuestros bañadores de marca en una falla que, si quisiera, provocaría más disturbios que la raja de la falda de aquellos noventeros Estopa, y nos da igual. Nuestros políticos que hasta hace dos atardeceres asfixiaban nuestras cuentas de redes sociales con peticiones de amistad, hacia gente con la que no han cruzado palabra en sus vidas pese a vivir a metros unos de otros. Esos mismos que venden tener la llave anticrisis, el bienestar de ser un nuevo Pablo Iglesias, un nuevo Suárez o Cánovas del Castillo, yo que sé, el nuevo Rasputín liberador de ataduras, ideólogos de la vanguardia social, hoy suspenden sus campañas con pretexto del dolor que provoca la catástrofe, pero quizás sea para evitar la incómodas preguntas de mi reflexión, quizás para pensar una respuesta mejor, para no perder puntos de cara a las elecciones.

Esa respuesta que es casi quimera está clara y es el ya citado eufemismo, yo soy amigo de la palabra pero creo que en este caso la imagen con la que cierro es más clara que todo lo que se pueda decir en discursos o parlamentos, en sesiones plenarias excepcionales. Esta foto podría estar en blanco y negro o sepia, podría estar mancillada por los años, quizás manchada por algo de café o distorsionada por cierta exposición a la humedad en cualquier mueble o cajón perdido. Podría haberse tomado en 1910, en los años 20, en el 38, en el 45 o en 1958 pero no, fue tomada ayer, 11 de mayo de 2011 (maldito 11, por cierto) y con una lujosa cámara HD de un anónimo reportero de una anónima agencia de prensa. Y la única justificación que tiene es: SON COSAS DE ANTES.


 
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