Si de algo entendemos en mi tierra es de salpicar sueños en saco roto, crecemos mecidos por la cuna de la mar, la nuestra, su olor a sal y gamba roja, nuestro pequeño reino en medio del desierto, que tiene el honor de dar nombre a nuestra provincia como el Espejo del Mar. Pero parece que siempre tengamos que remitirnos a personas de otros sitios para explicar las cosas, somos tan mediterráneos como Serrat y conocemos su alma de marinero porque la hemos mamado desde pequeños, charlamos con acento propio, casi idioma, pero necesitamos a Alberti para convencer con nuestra palabra, que abre las puertas de ese infinito mar de dudas que son las ideas, y vivimos sin prisa oteando el horizonte, pensando rápido y hablando lento, con la bandera de las libertades palpitando en el mástil más alto, como si de un corazón se tratara.
Hoy miro desde mi ventana las calles de la ciudad y siento melancolía, pese a saber que me restan unas horas tan solo para volver a pisar la arena que me vio nacer, quizás este calor me esté retorciendo las neuronas, necesito el fresco del atardecer sentado en el porche de mi casa, no pretendo ofender a nadie pero soy privilegiado de nacer donde nací y pertenecer a donde pertenezco, con sus vicios y sus virtudes. Hoy sí me remito a mi gente, hoy vuelvo a sembrar mis raíces con un saco nuevo y recién estrenado, y siento orgullo de los hombres y mujeres de mi tierra, con manos curtidas y espaldas quemadas. Pronto volveré a la urbe con fuerzas renovadas, mientras tanto necesito un descanso y uso al quizás almeriense más ilustre para deciros hasta luego, ya lo avisé antes, si de algo entendemos es de sueños...
"... Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar... decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas, decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, decidí ver cada noche como un misterio a resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui. Me dejó de importar quién ganara o perdiera; ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien «Amigo».
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, «el amor es una filosofía de vida». Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí cambiar tantas cosas... Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad.
Desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar.
Walt Disney."