Payaso coronado con catalejo dorado en mano, desde mi trono de mimbre sentado, veo la vida pasar y tonto de mí me doy cuenta de lo admirable, pero también de lo que detesto, quizás sea que el tiempo me ha enseñado que lo inhumano es muy humano y corresponde con lo natural.
Pena me da la envidia y envidia me da la pena, que es sentimiento de culpa por lo propio y soberbia por lo ajeno, no critico el cotilleo, demasiada redundancia para tan llano individuo, me da asco y no lo entiendo pero es deporte nacional, llamadme raro si así os place, para mí no es molestia alguna, pero no respeto a quien pierde segundos en hablar de un semejante y baila sobre su pública imagen a espaldas de su constancia, bendita idiosincrasia me viene al pensamiento, triste y aburrida vida propia tendrán. No se extrañen si les digo que hay quien disfruta con la derrota de los demás, murmullan y patalean si el triunfo toca en puerta ajena y pasan su existencia sin pena ni gloria, pues no entienden que al final lo que importa es ser feliz y no el qué dirán.
Añoro el tiempo de los hombres que se hacían a sí mismos, sin atribuirme complejo, la vida que me ha tocado vivir es cómoda y aprovechable, pero no soy fiel a esta época de estrés, facturas y apatía, qué lejos queda ese tiempo de abrir los ojos y pensar que la única preocupación es vivir en libertad, y la rima me viene bien para intentar recordar, que hay una historia en este mundo que ni el mejor maestro te puede enseñar, en las aceras está escrita y a más de uno sorprenderá.
Discúlpeme quien se moleste pues no suelo pensar lo que digo, y aunque diga lo que pienso la razón no me comprende y, sinceramente, tampoco quiero ser su amigo.
Y aquí sigo con mi recelo, orgulloso navegante del pensamiento, bufón a ratos sin motivo aparente ni circo que me contrate, dedico mi vida a mecerme en este trono del bien y el mal. Rey de los locos soy, no me cuesta reconocerlo pues no hay reino más grande que el mío, si blanca y negra es la realidad grisácea mi percepción, sin irritar a nadie, procuro andar mi camino intentando entender la existencia, sin hacer mucho caso al destino.