
Esta reflexión pertenece a la archiconocida película Desayuno con Diamantes, cuyo póster adorna las habitaciones de nuestras hermanas, primas o novias. Ayer murió su director Blake Edwards que adaptó esta novela de Truman Capote para el deleite de las féminas de varias generaciones. Un genio del cine y la televisión, era guionista, director, actor, productor y uno de los mejores cómicos de la historia. Hacer llorar o emocionar siempre me ha parecido simple, dame una historia de la calle, un paquete de pañuelos y algo de melancolía en tu corazón y te sacaré el Nilo de los ojos, pero la risa es un arte inalcanzable y reservado a unos pocos elegidos. Primero Leslie Nielsen y ahora él, el humor estridente del cine clásico se queda cojo. Me los imagino discutiendo sobre cosas absurdas con Groucho, Chaplin, Walter Mathau, Jack Lemmon y Billy Wilder, el camarote del cielo parece que se está llenando. Descansen en Paz.